viernes, 27 de abril de 2012

Soy super guapo, con éxito y dinero

Qué llamativo es el comportamiento del ser humano. Resulta que si digo: "soy super guapo, con éxito y dinero" y si a continuación digo: "soy super feo, estoy en el paro y mi cuenta está a 0", y ahora nos hacemos la pregunta ¿quién te cae mejor de los dos?, casi con total seguridad la mayoría de vosotros se inclinaría por la segunda opción y más si estamos en público, es decir, que si estamos acompañados por más gente, el porcentaje de simpatizantes del feo y parado es casi del 100%. Sin embargo, ante la pregunta ¿qué tipo de vida prefieres para ti y por tanto luchas por conseguir?, ante esta pregunta los porcentajes dan la vuelta y ahora al feo que le parta un rayo. Pues bien, esta forma de pensar falsa y mentirosa se puede extrapolar a comportamientos sociales más complejos, y es que vivimos en una sociedad en la que parece que las corrientes de pensamiento tocan en las tómbolas y fundamentan sus teorías en prejuicios e idealismos que sólo existen en las maravillosas películas Disney.
En varias ocasiones me he encontrado con anarquistas de esos que entienden la anarquía como ir en contra de la sociedad sistemáticamente y lo mío para mí y lo tuyo también para mí, o hippies que customizan su cuerpo y despotrican contra el capitalismo opresor mientras estudian en universidades privadas y conducen caros coches. Pero lo realmente curioso e irritante de algunos de estos grupos es que a muchos de estos individuos lo que les encantaría sería cumplir sus sueños materiales además de ser guapos, con éxito y dinero. No obstante, siempre resulta más fácil dañar, rendirse, suspender, ensuciar, en definitiva: hacer las cosas mal; y claro, en el lado opuesto se encuentra la superación, es decir el esfuerzo, algo que cuesta mucho y que, en muchas ocasiones, es mejor dejarlo de lado y, o bien conformarnos, o bien enrabietarnos y ponernos en contra de todo lo que no hemos sido capaces de ser.
En definitiva, creo que de manera individual muchas de las personas que protestan activamente contra todas las cosas incluso con violencia, en realidad lo que buscan no es mas que el camino que les lleve a ser más guapos, con éxito y dinero pero no saben que por el camino que van se irán haciendo feos, sin un duro y sin trabajo o se convertirán en unos resignados y resabiados con la vida que les hará más infelices; así que yo, a pesar de que socialmente esté mejor visto dar pena, preferiré simpatizar con el tipo super guapo, con éxito y dinero que, al fin y al cabo, es lo que todos perseguimos.

martes, 24 de abril de 2012

De cine: Jugar hasta que mueras


Los Juegos del Hambre, una película que parece estar arrasando, deja, sin ninguna duda, un largo trecho entre lo que esperas del film y lo que te ofrece realmente. Aunque no se hace pesada, la acción tarda en aparecer y termina por no dejarte del todo a gusto, es como ir al baño con un apretón y cuando crees haber terminado algo dentro de ti te dice que todavía falta algo por expulsar.
Mi nota será de un 7.

jueves, 19 de abril de 2012

Ridículos de la muerte

Aunque podría hablar del centenario del hundimiento del Titanic, las cacerías de nuestro campechano Rey, de la república o de la gran crisis, preferiré hablar de cosas con las que no nos aburren día tras día.
El otro día, tras el nacimiento de 14 pollitos, una vez estuvieron perfectamente secos, reparé en que uno de ellos no tenía sus facultades al cien por cien para enfrentarse a la vida; en cuestión, el pollito presentaba una parálisis en la mitad de su cuerpo, de manera que no pude hacer otra cosa que coger al pollito y terminar con su cortísima vida. 
Ante este acto seguramente que, según quien lo lea, tendrá dos reacciones; unos se retorcerán de pena, llorarán y maldecirán mi propia vida por ser tan salvaje, otros lo verán correcto ¿qué otra cosa iba a poder hacer?. Lo cierto es que me he encontrado una gran incoherencia en ambos pensamientos. Resulta que, en estos tiempos de modas sin raíces, existen movimientos ideológicos que son difíciles de llevar a cabo con cierta dignidad; el ecologismo urbano es, sin duda, mi preferido, y digo ecologismo urbano porque este tipo de ecologismo se da casi en exclusiva en núcleos urbanos con poco, nulo o disfrazado contacto con la naturaleza real, pero si damos otra vuelta de tuerca nos encontramos ante los veganos. Esta corriente de ecologismo extremo que no come ningún producto de procedencia animal me hace todavía más gracia. 
Resulta que con admiración me he encontrado con personas veganas y vegetarianas que odian hasta el extremo la muerte animal, sin embargo su pensamiento es tan progre que están totalmente de acuerdo con el aborto y eutanasia humana. Pero es más sorprendente ver que la incoherencia también se instala en la forma de pensar antagónica; y es que a menudo, también he observado que quien no siente temor en matar animales o usarlos para su propio beneficio suele estar radicalmente en contra del aborto y la eutanasia. Cierto es que hoy en día es más molón pertenecer al primer grupo de ridículos que al segundo igualmente ridículo, lo que no me queda del todo claro es si haber aplicado la eutanasia a mi pollito fue lo correcto o debía, simplemente, haberlo matado.

jueves, 12 de abril de 2012

De cine: Los zombis de REC pierden glamour

Tal vez sea que la moda de los zombis se encuentre en las últimas, o tal vez  los creadores de REC hayan querido dar otra vuelta de tuerca y hayan jodido la rosca.
Esta película de litros de sangre genera dudas en el espectador; los sentimientos que se experimentan con esta película ¿son buscados o surgen del fruto de la casualidad?, no se si Paco Plaza, el director, quiere hacer reír con un humor negro gore que abusa de planos holandeses, además de la búsqueda de una estética al más puro estilo Planet Terror que no encaja en absoluto con la tendencia de REC.
Una película floja, sin miedo ni suspense ni nada que ya sospechemos antes de entrar a ver la peli. Los actores Leticia Dolera y Diego Martín, mejor ella que él, dan vida a una historia de amor pasada por sangre que deja pocas ganas de ver la cuarta entrega de esta saga que comenzó con fuerza pero que acabará por convertirse en una saga de serie B.
Mi nota es de un 4.

martes, 10 de abril de 2012

Me encanta la humillación ajena

En una ocasión escuché decir a alguien que el ser humano no es malo, que el ser humano es malo cuando es niño y que mediante la educación se corrige esta maldad, lo cierto es que jamás terminamos de suprimir estas tendencias malvadas. Se ha escrito mucho sobre este tema, la frase de "el hombre es un lobo para el hombre" de Plauto ya nos retrataba.
Es muy curiosos que, a pesar de mostrar un escaparate perfecto para la opinión pública constantemente, en nuestra intimidad dejamos las caretas en el perchero y nos frotamos las manos viendo la humillación ajena; y es que resulta que aunque nuestros mayores se hayan empeñado en quitarnos nuestros instintos maléficos, en nuestra intimidad nos encanta ver como Gregory House desprecia a su equipo de trabajo y pacientes, paramos en seco nuestro zapping  cuando nos encontramos a Risto despellejando a algún concursante o saboreamos el morbo que despiertan en nosotros los enfrentamientos, peleas y gritos en los diferentes realities; pero si los vídeos son de humillaciones reales que terminan en la red se convierten en máxima audiencia. 
Así que los medios de comunicación nos desenmascaran, nos dejan en evidencia continuamente y nos recuerdan que por mucho que vayamos de santos y perfectos tenemos un fondo oscuro que, de manera inconsciente, aparece en cada momento; al fin y al cabo nos encanta ver como "el otro" lo pasa peor que nosotros.