sábado, 21 de julio de 2012

El ser humano o el ser gilipollas

Se nos llena la boca erigiéndonos como los seres superiores y más evolucionados del planeta. Sobre el papel es cierto, no hay duda, pero la realidad es que cuanto más creemos que evolucionamos en algunos aspectos más retrocedemos en realidad. Somos tan evolucionados que la tuerca de nuestra evolución está casi pasada de rosca.
Es curioso ver cómo la negatividad del ser humano se acrecenta cada vez más provocando la radicalización entre nosotros, de hecho no se nos mueve un pelo cuando nos bombardean durante media hora en los informativos con imágenes explícitas de cadáveres humanos, sin embargo cada vez nos sentimos más atacados cuando vemos la muerte animal fuera de un matadero blindado para nuestros sentidos.
Cada vez se encuentran más extendidas ideologías urbanas, producto de la sociedad Disney, que nos dejan en evidencia nuestra supuesta evolución. Una evolución que termina por convertirse en excéntrica y peligrosa, precisamente, para nuestra futura evolución. Parece que la corriente de moda y hacia la que va la sociedad más utópica es en la que un ser humano débil, incapaz de entender la muerte y ni siquiera planteársela, ha dejado de comer carne animal y medicarse por el sufrimiento que supone para los no evolucionados, de modo que uno de los logros principales del ser humano, la domesticación, se irá literalmente a tomar por el culo, ya que a no ser que el excéntrico ecologista urbanita quiera tener una vaca, oveja o cerdo como animal de compañía en su bonito dúplex estos bichos dejarán nuestro planeta, ya que su instinto de supervivencia en liberad está tan anulado como el nuestro; seguramente, este ser humano del futuro desterrará la idea de enterrar a los muertos, una idea ya propuesta por grupos ecologistas, y mandará a los cadáveres a zonas habilitadas para que buitres y carroñeros puedan degustar la carne humana, de modo que machacaremos otro hito de la evolución, ya que el ser humano se hizo más humano cuando comenzó a enterrar, pero además se quebrará otra regla primordial de la evolución: un animal que prueba la carne humana o es sacrificado o se convertirá en un potencial depredador y peligro inminente, claro que los cazadores ya no existirán para protegernos, ni siquiera se si el ser humano evolucionado del futuro permitiría la defensa con lanzas u otros utensilios de defensa propia.
Así pues, en resumen; el ser humano del futuro radicalizado con sus propios semejantes y sin escrúpulos para ver la sangre humana e incluso ejecutar humanos, vivirá menos por no tener medicinas testadas en animales que nos puedan salvar, pero además los animales nos atacarán más y, quien sabe, nos reducirán la esperanza de vida porque no podremos siquiera defendernos ya que nuestro cerebro Disney solo verá ya animales que cantan y bailan pero no muerden, y claro ¿quien mata a un lindo osito?, así que nuestras casas autosuficientes y respetuosas con el medio ambiente pronto se irán al carajo debido a las guerras y guerrillas que tendremos entre nosotros, ya que cuanto más crece el respeto hacia la fauna y flora más está decreciendo el respeto entre nosotros, liquidándonos así a nosotros mismos y dejando que nuestros cadáveres acaben en el estómago del lindo osito. No se, pero me parece una situación bastante semejante a la que los neandertales tenían, con la diferencia que ellos evolucionaban y eran capaces de sobrevivir y nosotros cada vez nos hacemos más gilipollas. Tal vez sea el paso natural de la evolución y el lobo que es el hombre para el hombre termine por comérselo y de nosotros solo queden los huesos limpios en medio de praderas verdes. Eso sí, siempre quedarán aquellos que entiendan al ser humano como un ser natural y ecológico de verdad y que, por tanto, mata animales y se mancha con su sangre para sobrevivir e incluso, como resultado a la evolución, hace ritos que le abren nuevas dimensiones de sentimientos inmateriales, esos sentimientos que solo podemos sentir los humanos por ser humanos y no por ser gilipollas.

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